sábado, 24 de noviembre de 2007

Soundmarks





En mi última entrada aquí, solté el término "hitos sonoros", así sin más ¿verdad?

Ya que corro el riesgo de sonar como un yanqui obseso de la planificación y la organización personal, voy a dar algunas explicaciones, ya que me parece un término relevante para el tema que nos ocupa y, de paso, enlazar con algunos de mis proyectos favoritos en esta línea.

Hito sonoro es mi traducción libre del término inglés soundmark, acuñado por el World Soundscape Project. Hete aquí una definición a modo de entrada de diccionario:

"Término derivado del punto de referencia geográfico utilizado en los proyectos de paisajismo sonoro para referirse a un sonido único producido por una comunidad, y que posee cualidades que lo hacen especial para esta comunidad. Los hitos sonoros tienen, por tanto, una relevancia cultural e histórica, y merecen su preservación y protección."

Un hito sonoro puede ser desde el sonido del campanario de una iglesia, hasta el ruido de una fábrica, algunas formas de pregones festivos, el tono de llamada de un afilador, etc., etc., etc. Los ejemplos pueden ir desde lo prosaico hasta lo verdaderamente marciano (Lorena puede dar más datos sobre el fenómeno del silbo gomero, por ejemplo). El único denominador común que agrupa a todos estos fenómenos sonoros es que son específicos de un lugar, una comunidad, y un momento histórico particular.

Entender ciertos sonidos como parte de la cultura sonora de una comunidad, y su entorno sonoro como parte de su manera de construir su espacio social, la recogida y estudio de este material sonoro, y la experimentación con distintas formas de representar este material (habitualmente, en el registro cartográfico) ha dado lugar a varios proyectos de gran interés. Pasaré a enumerar los que pueblan mis marcapáginas, pero sin duda Gúguel revelará otros muchos.

  • Buena parte de la base teórica de la noción de hitos sonoros proviene del ya citado World Soundscape Project, que puede no haber sido el primer lugar donde se empieza a relacionar el paisajismo sonoro y las grabaciones de campo con una especificidad cultural y social, pero sí es uno de los más sintéticos. Reíros con esas monturas de gafas, esas barbas y esos cortes de pelo; alucinad con esos micros y esos equipos de grabación portátiles; y los que visteis "24 Hour Party People" - ahora sabéis exactamente qué estaba haciendo Martin Hannett cuando Tony Wilson fue a buscarlo a un descampado para darle la brasa con los primeros singles de Joy Division...
  • SoundTransit es un proyecto de Derek Holzer que el año pasado mereció la atención del Sonar. Se trata de una interfaz que permite "reservar" un viaje sonoro a través de grabacines de campo de distintos lugares del planeta, como si uno reservara un vuelo. Es de participación abierta (previo registro), y yo mismo llevo colaborando con esta iniciativa desde el año pasado, y esto me recuerda que tengo que ponerme las pilas y subir algunas grabaciones de campo del verano pasado...
  • A un nivel más localizado - en este caso, en Nueva York - tenemos el proyecto City in a Soundwalk. También de participación abierta, pero, lo dicho, limitado a la ciudad de NY.
  • Otro proyecto en NY, y uno de mis favoritos. Se trata de Folk Songs for the Five Points, que lleva esta idea un poco más allá, y presenta un mapa sonoro de sonidos musicales y callejeros del pasiaje urbano de NY, con la posibilidad de activar distintos puntos sonoros y mezclar los canales libremente. Es un interfaz en Flash, y requiere unos minutos de adaptación, pero cuidado, engancha.

Pues esto es lo que tengo a mano. Colgaré los enlaces más pertinentes en la lista de referencias aquí a la derecha. Si alguien tiene más referencias en este sentido, serán bienvenidas.

viernes, 23 de noviembre de 2007

Antecedentes


Betterbarcly

Escritores peripatéticos: Peripatético, del “peripatein” griego significa “caminar sobre” o “peripatos” que quiere decir “caminata cubierta”, se refiere al método de enseñanza de Aristóteles. Para aclarar sus pensamientos Aristóteles hablaba mientras que él y sus estudiantes caminaban en círculos a través del Lyceum.

Thomas Quincey: El comedor de opio del siglo 19 Thomas Quincey sigue siendo el primer caso divulgado y de hecho el prototipo de la deriva obsesiva. Sin otra meta en mente que satisfacer su curiosidad sobre qué se podía descubrir detrás de la esquina siguiente, Quincey pasaba días enteros dando paseos aleatorios por Londres.

El flaneur de Baudelaire: Charles Baudelaire (1821-67) introdujo el flaneur, esos peatones que ignoraron intencionadamente el espíritu de las masas de sus días y paseaban por la ciudad sin ninguna meta. Muchos de los artículos de Walter Benjamin reflexionan sobre este tema. Sobre cómo la lentitud de los flaneur se ha convirtió en un icono en la “guerra del tiempo” contra las furiosa aceleración de la civilización occidental.

La era del flaneur vio los primeros grandes almacenes y la construcción de las galerías: calles de las compras cubiertas por los techos de cristal e iluminadas por luces de gas, una que hipnotizó a las masas. Las galerías se convirtieron en las alamedas aquella época y los flaneurs ocuparon el lugar de “ratas de alameda”, entidades no-económicas que eran, por tanto, un fastidio para todos. Los flaneurs de Baudelaire merodeaban bajo el efecto del hachís sin dirigirse a ninguna parte y encontrando un interés hilarante en la mayoría de los aspectos aburridos de las cosas. Al final el flaneur era solamente un fenómeno temporal que no pudo soportar la presión del conformismo y terminó desapareciendo.

El movimiento Wandervögel: era un movimiento juvenil sin una organización central y sin líderes. Fue en el pedagogo Gustav Wyneken donde el movimiento encontró el portavoz principal. En 1913 Wyneken proclamó las ideas que había detrás del movimiento. Wyneken decía que la juventud tenía derecho de vivir según sus propias ideas, fuera de las reglas de la sociedad en la cual nacieron de forma involuntaria. Huyeron a la salvaje naturaleza, deambulando por días, a veces semanas, a través de los bosques. Vivían del alimento que la naturaleza les. Las noches las dedicaban a los primeros desvaríos en el campo de la sexualidad. Estos grupos se convirtieron en una provocación contra el puritanismo prusiano aún no siendo ningún tipo de activismo. El movimiento fue disuelto por los nazis en 1934.

Henry Miller: Hay muchos datos sobre las derivas compulsivas que Henry Miller hizo a través de París y Nueva York. Solamente cuando caminaba todo del día Miller sentía que él era libre de las costumbres disciplinarias de la vida ordinaria. El caminar en su mente llegó a ser sinónimo de libertad. Los ruidos de la calle, su encuentro azarosos con los extraños de toda clase social eran la sangre de su escritura. La honradez que es el valor dominante en libros Miller, los recuerdos maniacos de sus derivas, estaban considerados una amenaza para la salud mental del público y por lo tanto fueron prohibidos por más de 20 años.

Internacional Situacionista: los Surrealistas en los 30 y los Letristas en los 50 trabajaron este sentido transformando la en una práctica sistemática. En los 60 los Situationistas llevaron esta actividad a un nivel superior desarrollando la : la ciencia de la Deriva. Los métodos que adoptaron para esto estaban por ejemplo en seguir a su nariz persiguiendo olores o navegando a través de París en un mapa de Londres. Lo qué condujo a los situationistas a las calles podían ser motivaciones curiosidad-política y teóricas.

Urban Exploration: El interés reapareció con. Una red mundial internacional de gente que pasaba su tiempo libre "yendo a lugares adonde no se supone que debían". Quizás la única limitación de este los fenómenos fue la fuerte tendencia hacia la búsqueda de sensaciones, haciendo muchas actividades peligrosas y/o ilegales.

jueves, 22 de noviembre de 2007

NOTAS DE UNA DEAMBULANTE INMÓVIL

NOTA I.- ADORO LA TELETRANSPORTACIÓN....................

Sabía que era él. Al principio no con una certeza plana. Ahora la planicie se alarga y deseo andar por ella. No quiero extenderme con subjetivismos propios de mi signo zodiacal. Lo cierto, es que lo que me ha obsesionado todo este tiempo fue la manera cómo ese conocimiento vino a mí, en aquella minúscula habitación, fría como la ciudad donde se encontraba.
Con él a mi lado sucedió todo.
Cerré los ojos. Apareció la ciudad reflejada en mis párpados. No la ciudad donde estaba la habitación, nosotros juntos con el principio del otoño arrancando; sino la ciudad tropical en la crecí. La ciudad bondadosa en clorofila se abría ante mí. Podía sentir el humo de los autobuses, el olor de las pieles de los andantes al mediodía, los colores enloquecidos del Caribe.
El primer paseo se presentó así de arbitrario. Ahí en la esquina norte donde esta La Previsora. Mi mirada se acercaba en un zoom rápido enfocado directamente en la parada de los carritos por puestos. En la parada subía una señora gorda a un autobús, pude ver su pantalón blanco, apretado, por el que se entreveían los hoyos que una celulitis prolongada había esculpido en sus glúteos y muslos.
Abro los ojos.
Miro el techo, las paredes con afiches de mitos del pop- Siento su cuerpo a mi lado, la respiración del sueño, la brisa que mueve las cortinas improvisadas con viejas sábanas. Cierro los ojos. Un deseo se apodera de mí. Continuo mi paseo.
Deseo volver a esa ciudad desquiciada, que a nadie le interesa. En mi mente, Charly canta: adoro la teletransportación.
Sigo esas nalgas regordetas, pero paso inmediatamente a la persona que sube al autobús detrás de ella. Qué risa el bigotillo que ese muchacho se deja crecer, signo indudable del comienzo de otra etapa: la de hombre- qué risa. Sigo inspeccionando la fauna del lugar. Unas chicas con ropas mínimas caminan con sus carpetas de apuntes bajo el brazo. El tráfico avanza y yo continuo mi ruta, siempre con la misma disyuntiva ¿subo hacia la derecha y agarro por la avenida Andrés Bello y después subo hasta la Cota mil por La Florida, o tal vez mejor por Maripérez; o agarro a la Izquierda y sigo por Plaza Venezuela hasta Parque Central y subo...?
El frío me hace volver a la habitación. Cierro la ventana. Busco una cobija. Lo abrigo con ella, me aceco a él. Duermo.

viernes, 16 de noviembre de 2007

Primera expedición





















16/11/2007, 16:35



Una primera puesta en marcha, y un primer chapuzón, a modo de entrada en materia.

Aprovechando el trajín de hoy, se hace un paseo entre la calle Pelayo y la calle San Vicente Ferrer, recogiendo el sonido ambiente a lo largo del trayecto.

No es más que un primer registro, y, como tal, sirve como un mecanismo de encuadre. Buena duración - unos 11 minutos y medio, ni muy largo, ni demasiado corto.

Tengo una buena intuición de hitos sonoros a lo largo del camino. La idea es trazar una serie de anclajes a lo largo del camino - lugares muy significativos por su presencia en el área, por su significado simbólico, o por sus características sonoras. Estos "hitos" servirán de anclaje narrativo para el resto de elementos del proyecto, que se irán recogiendo y/o produciendo en sucesivas expediciones.

De momento, tengo una especie de marco, o, según se mire, lienzo con el que trabajar. Algo es algo.


Y marchando la grabación en cuestión, gracias a los servicios del fabuloso Internet Archive - aquí. Como el resto de material que se producirá en esto, todo va bajo una licencia Creative Commons Attribution 3.0 Unported.


Observaciones circunstanciales

  • Si se desconoce el lugar, la gente pensaría que esto es San Chinarro o la M-30 hace año y medio. Es indescriptible la cantidad de obras que me he topado en tan corto trayecto. Hay momentos en los que parece que lo estoy haciendo a posta. Más preocupante es que tenga que molestarme en grabarlo para darme cuenta yo mismo. A lo mejor debería elegir otra hora del día, quizás la hora de comer o así, cuando haya menos ruidos. Pero menos ruidos también implica menos gente, y menos cosas ocurriendo en la calle...

  • El registro sonoro crea un paisaje totalmente distinto al que se recibe caminando. Yo mismo me quedaba anonadado con la enorme diferencia entre lo que veía y lo que oía. Extrañamiento, sí, pero espero que no se me salga de las manos.

  • Muy peculiar la experiencia de andar grabando a alta resolución y escuchar no el sonido ambiente, sino su registro a través de auriculares. Una especie de experiencia de realidad aumentada, un entorno virtual que se solapa totalmente con el supuesto entorno real. Muy recomendable, pero evitar en el caso de consumo de estupefacientes.

  • No encontré forma de esconder el micrófono, así que me hice el camino grabadora en mano. Cómo cambian los tiempos. Con tanto gadget electrónico hoy en día, a nadie le extrañó verme con esa cosa en la mano.

Primer intento de salir a la calle

Lo mejor de este proyecto es que va de andar, y eso de andar, lo mejor es simplemente salir a la calle y ponerse en movimiento. Así que voy a arrancar esta entrada en el blog tal y como he ido reflexionando estos días - poco más que pensando en voz alta, intentando que las ideas se encadenen de una forma más o menos coherente.

Hacerlo así tiene cierto sentido en este contexto, ya que algo que poca gente sabe es que tiendo a caminar para pensar, o, mejor dicho, pienso mejor caminando.

(Los que no viven conmigo no conocen el espectáculo de Kamen levantándose súbitamente a dar vueltas compulsivas por la casa durante quince minutos antes de volver a abalanzarse sobre el teclado. Pero lo hago todo el tiempo. Hace tiempo, era incapaz de hablar en público sin moverme, cosa que ponía muy nervioso a mi público. Últimamente, me controlo más, pero que nadie tenga ninguna duda - lo que realmente me apetece es levantarme y cruzar la sala de un lado a otro mientras hablo.)

Esto tendrá algo que ver con asociar movimiento físico con pensamiento, y aquí me viene al dedo, porque lo bueno que tiene este proyecto es que va de andar, y eso de andar, como el sexo, cuanto menos se hable y más se practique, mejor.

(¿Dije "sexo"? Ya, típico... Bueno, sigan conmigo, todo esto cuadrará de alguna manera.)


Pero, lo mismo que el sexo, el pasear tiene el inconveniente de que es muy, muy difícil de relatar a otros sin convertirlo en pornografía. O en un callejero. Es una de esas experiencias que, aunque tengan lugar en el espacio público, suelen ser muy íntimas. Recuerdo estar comentando esto (la dificultad de comunicar la experiencia de un paseo, no el sexo) con Antonio hace unos meses en Mollina. No sabía entonces que me tendría que enfrentar al mismo problema.

Y el problema estriba en que la experiencia de andar no se limita a cruzar un espacio dado ni en dar con el camino más corto/más agradable/más relajado entre dos puntos. Mi actitud normal cuando paseo es de introspección, o evasión. Tiendo a dejar que mis piernas me lleven, que piensen por mí, yo me limito a perderme en la música que suena en mis cascos, o, a falta de eso, en mis pensamientos. Soy perfectamente capaz de atravesar el centro de Madrid sin dejar de darle vueltas a algo y sin percatarme de nada de lo que ocurre a mí alrededor.

La situación que mejor demuestra esta actitud se suele presentar cuando un turista, o alguien que simplemente no conoce el barrio, le para a uno con una pregunta. (Ya saben, las típicas, "...¿Para ir a Callao?", "¿Ésta es la calle Fernando VI?", etc.). Y uno se da cuenta de que no tiene ni idea de cuál es la calle Fernando VI, aunque la haya cruzado ocho veces diarias. Que las piernas de uno saben perfectamente salir de la calle Pelayo e ir a la calle de "La Ida", y uno puede hasta recitar los nombres de las chicas de la barra, pero no tiene ni la más remota idea de cuál es el nombre de la calle, ni de cuáles son las instrucciones para llegar. En el mejor de los casos, si el turista en cuestión está de suerte, será que me dirijo hacia el mismo sitio, en cuyo caso le pido que me siga, y punto.

Esto también tiene su explicación. Por explicaciones, que no falte. Evidentemente, uno puede o caminar o pensar en dónde está caminando, de la misma manera que uno puede experimentar algo o tener conocimiento de ese algo. Si uno traza su camino con cuidado y mira cada nombre de calle, cada letrero, cada número de vía, puede que llegue a su destino sin tropezar, pero no habrá paseado realmente. Prueben Uds. a pararse a pensar en lo que hacen mientras practican el sexo... pero luego no me echen la culpa por estropearles la faena, esto es un experimento, y ya está.

La clave, entonces, es que mi experiencia y mi conocimiento del espacio que cruzo son cosas distintas, mutuamente excluyentes. Simplemente, ocurren en lugares y órdenes de experiencia social distintos. Tenemos experiencia de algo, y luego activamos todo un arsenal de lenguajes y conceptos aprendidos para describirla. Finalmente, nos vemos incapaces de relatar esta experiencia, y el lastre de conocimiento aprendido y constricciones sociales se impone, y resulta que simple- y llanamente no tenemos una experiencia real de los espacios que atravesamos.

Sé (bueno, los saben mis piernas) que lo que realmente me atrae en este asunto es esta disyuntiva entre experiencia y conocimiento, o entre mapa y territorio. Por un lado, el lugar. Por el otro, la descripción del lugar. Por un lado, el paseo. Por el otro, el trayecto.

Complicado, sí. Para empezar, necesito más constricciones. ¡Mi caballo por una constricción! Empecemos limitando la información. No, ésa no es la mejor forma de explicarlo. Mejor decir que queremos usar medios y formatos de salida que me obliguen a mí a hilar más fino y a los receptores a prestar atención. Tiremos de elipsis, nuestra constricción favorita. Así nuestras piernas se sentirán a gusto y nos llevarán a donde queremos llegar.

Luego, pensemos en qué queremos abordar. La cantidad de lenguajes y métodos cognitivos que la gente usa para describir los espacios y su experiencia de ellos daría para una tesis doctoral.

(La tesis doctoral es un clásico ejemplo de ausencia de constricción - por eso nunca llegará a ser una forma de arte.)

No olvidemos que todo esto se presentará en un contexto de investigación sobre, agárrense, creatividad popular.

Últimamente, cuanto más hedonista me pongo con lo que hago, mejor me sale y mejor se me entiende. De entre las cosas que he mentado aquí (metiéndonos el facilón recurso al sexo de vuelta al bolsillo para otra ocasión) me quedo con el eterno episodio del turista desorientado, mapa en mano. Clásica situación de insuficiencia lingüística (su mapa le vale de poco, yo no tengo ni idea de cómo llegar a donde me pide) - sistemas cognitivos en pleno conflicto. Una buena forma de alterar algo, de generar un extrañamiento en lo cotidiano para devolver lo cotidiano a lo visible.

Así que me centraré en el lugar, el recorrido, y la narración del lugar y del recorrido. Mapa y territorio, sí, pero llevado al hablar de todos los días, a lo cotidiano. Allí también asoma la cabeza la sobredosis de datos e información, así que habrá que buscar alguna forma de organizarlo todo. Nada mejor que un cuaderno, una especie de bitácora, como esta misma que nos ocupa aquí.

Un buen punto de arranque, un primer paso (o, para hacerlo sonar más oficial, una "primera fase en el proyecto"), y una buena excusa para dejar de darle vueltas a esto y salir a la calle de una vez, puede ser la siguiente pregunta:

¿Llegaré a donde voy todos los días si sigo las instrucciones de otra persona?

jueves, 8 de noviembre de 2007

Hola a todos,

A partir de aquí, empezamos a andar!!!
Este blog se propone como herramienta de intercambio de ideas e informaciones vinculadas a este proyecto. Podéis crear entradas con información sobre vuestro proyecto o bien información que pueda servir a enriquecer la propuesta (imágenes, textos, dibujos, vídeos…..) Por ahora, hay una lista de links y una bibliografía que creo, puede ser interesante. La página se actualizará regularmente y os recomiendo mucho su uso para estar al tanto de todas las propuestas e ir hilando una red, que poco a poco cobre forma y unidad.

Ánimo y disfrutad la experiencia,

Lorena

El deseo de andar

Me gustaría contar contigo para un proyecto que estoy realizando y que pretende ofrecer una experiencia y dar lugar a una obra producida colectivamente.

En este proyecto propongo “el paseo” como medio de expresión, método de exploración y acto creativo en sí mismo. A través del paseo conocemos un espacio, aprendemos a habitarlo, le atribuimos unas cualidades simbólicas-emocionales y de esta manera lo hacemos nuestro.

La acción de andar, de pasear, ha acompañado siempre al ser humano tomando diferentes formas de aplicación (andar por necesidad de desplazamiento, andar como método de exploración del territorio, andar como esparcimiento); pero la apropiación e identificación del espacio ha sido siempre una constante inmanente al paseo. El paseo conlleva un componente de lectura semiológica del espacio que contribuye a la relación e interacción entre el hombre y su medio.

Durante todo el siglo XX, el andar ha estado presente en las metodologías de actuación artística. Podemos citar, por ejemplo, las “deambulaciones surrealistas” practicadas en los años veinte por Louis Aragon, Andre Breton y Roger Vitral entre otros. Recorridos sin destino cuyo único objetivo consistía en “ver”. Los Surrealistas enfatizaban conceptos tales como la desorientación y el abandono al inconsciente, los movimientos y sugestiones inconscientes e irracionales de la ciudad moderna, así la experiencia resultaba ser una exploración del propio individuo que participaba.

Los Dadaístas utilizaron el paseo como forma de anti-arte, su actuación consistía en no hacer nada, los paseos dadaístas eran simplemente visitas precedidas por toda una campaña de difusión a través de carteles y octavillas que anunciaban toda una serie de eventos y actuaciones durante los paseo pero que finalmente no se realizaban.

Las Derivas Situacionistas, descrita por Guy Debord como: Modo de comportamiento experimental ligado a las condiciones de la sociedad urbana, técnica de paso ininterrumpido a través de ambientes diversos. Se usa también más específicamente para designar la duración de un ejercicio continuo de esta experiencia.

En las derivas Situacionistas se trazaba una utopía de libertad, de nueva construcción de la vida cotidiana. El arte pasaba entonces a desarrollarse espontáneamente en las calles y en la ciudad, y a la vez se convertía en la única obra de arte posible.

La práctica del andar, como metodología o práctica artística sigue presente en el arte contemporáneo impulsada también por las nuevas teorías urbanísticas que apuestan por un análisis y diagnóstico transdisciplinar de las ciudades dónde la perspectiva artística cobra mayor protagonismo.

"Un gran número de cosas, si no la mayoría, fue descrto, inventariado, fotografiado, contado o enumerado. Mi objetivo en las páginas que siguen ha sido más bien describir el resto: lo que generalmente no se anota, lo que no tiene importancia: lo que pasa cuando no pasa nada, salvo tiempo, gente, autos y nubes" George Perec "Tentative D'épuisement d'un Lieu Parisien", 1975.


Ejemplo: Texto extraído de Los Mismos Paisajes, Teresa Galí -Izard. Ed. Gustavo Gili

“Un simple paseo por el campo se transformó en un interesante ejercicio de observación. Padre, madre e hijo paseaban regularmente por una zona agrícola donde había una plantación de manzanos, un campo de cereales y un pequeño riachuelo. Un día decidieron tomar datos sobre lo que observaban de forma regular. Así pues, decidieron visitar el lugar cada primer fin de semana del mes y durante más de un año, y anotar en qué estado se encontraban los cultivos. Hacían fotografías desde el mismo punto de vista, dibujaban y anotaban todo aquello que les llamaba la atención de forma regular y sistemática. Al cabo del año tenían un material que resumía los ciclos de producción. El laboreo, la siembra, la germinación, el crecimiento y la recolección del campo de trigo, al igual que la caída de hojas, el reposo invernal, la apertura de gemas, la brotación, la floración, la fructificación y la recolección del campo de manzanos. Al cabo de un tiempo, el conocimiento y la vivencia que habían adquirido hizo que sintieran el lugar como propio"


A continuación te resumo las condiciones de participación en el proyecto, las cuales puedes interpretar libremente así como dedicarle el tiempo que puedas o estimes oportuno.

La primera consiste simplemente en elegir un paseo, puede ser un recorrido que realices de forma habitual o uno que elijas expresamente para llevar a cabo este ejercicio.

Repetir este paseo con cierta asiduidad, dependiendo de tu tiempo y del grado de implicación que desees tener en el proyecto.

Utilizar diversos medios de descripción, interpretación y valoración del espacio recorrido (dibujo, texto, fotografía, sonido, video etc.) Puedes elegir cualquier método de recopilación de datos: diario, carpeta, collage, sketch book etc. así como cualquier método de presentación final.

El objetivo final de este proyecto no es tanto su forma estética como su valor como experiencia de conocimiento del entorno y de inmersión creativa en un acto tan cotidiano como es “el paseo”.

Con el material recibido por parte de todos los que participéis en el proyecto realizaré una presentación en video así como un muestrario de materiales originales como dibujos, fotografías, textos, objetos encontrados etc.

Muchas gracias,
Lorena